Este increíble felino es conocido como el león
blanco.
Los leones blancos son en realidad los habituales
leones sudafricanos sometidos a una extraña condición genética que produce este
sorprendente color en su pelaje.
Sin embargo, no hay que confundir este tipo de situación
con el albinismo. Los leones albinos no están sometidos a la misma alteración
que los leones blancos.
Al contrario de las criaturas que padecen albinismo,
caracterizados por tener una piel y pelo carente de pigmentos y unos peculiares
ojos rojizos, los leones blancos están sometidos a otro gen denominado gen
chinchilla. Este produce una alteración genética denominada leucismo.
El leucismo, al igual que el albinismo, provoca en
ciertos animales que tanto su pelaje como sus plumas en el caso de las aves
confieran tonos blanquecinos. Los ojos de los animales que tienen leucismo continúan
manteniendo colores similares a los de los animales que no tienen esta curiosa
mutación.
Actualmente y gracias a la cría y conservación del
gen mutante en estado de cautiverio se estima que existen alrededor de 300
ejemplares de leones blancos en todo el mundo.
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